Historia de barrio: Hoy Parque Chacabuco
El barrio se formó alrededor de una Fábrica Nacional de Pólvora, por eso fue llamado por muchos vecinos «el polvorín de Flores».

Se originó alrededor de lo que se conociera, hasta los primeros años del siglo XX, como el “Polvorín de Flores”, levantado en la parte sur del parque Chacabuco en 1781. Por esa época, estas tierras formaban parte de la chacra de Pesoa, habiendo sido anteriormente, hacia 1640, ocupadas por los jesuitas, quienes las habían dedicado a la siembra de cereales y a la fabricación de ladrillos. La zona, hasta su incorporación al municipio porteño en 1887, perteneció al partido de San José de Flores.
La presencia del polvorín despertaba el recelo público y retrasaba el desarrollo urbanístico de la zona. Por ello, la resolución del 11 de diciembre de 1899 autorizó al municipio a gestionar ante el gobierno nacional la cesión gratuita de esos terrenos para la formación de un paseo público. Finalmente, los mismos fueron comprados por la municipalidad en 1902 y diez meses después, por Ordenanza del 15 de mayo de 1903, se estableció el trazado y nomenclatura del parque, bautizándolo con el nombre de “Chacabuco”. El mismo recuerda la victoria del General San Martín sobre los realistas, en el ramal de los Andes chilenos, llamado Chacabuco, acaecida el 12 de febrero de 1817.
Hasta 1920, el Parque estaba todo cerrado con alambres cubiertos de ligustrina. En Asamblea y Emilio Mitre había un gran portón que se abría todos los días para que pasara la gente. En el medio del Parque había un tambo donde se vendía leche recién ordeñada. De tipo muy campesino eran muy pintorescos los vendedores ambulantes, como el vendedor de pavos, que los llevaba caminando, por la calle, ordenándolos con una varilla; el barquillero, que atraía la atención de todos haciendo sonar su triángulo y, bajo la expectativa de la ruleta, otorgaba la cantidad de acuerdo al número acertado; los maniceros, con su chimenea; los organitos con las cotorras de la suerte y las ferias francas o municipales, que se extendían sobre dos o tres cuadras con puestos abiertos donde se ofrecía todo tipo de mercaderías alimenticias que fueron oficializadas por el intendente Joaquín S. De Anchorena en 1910.