Errico Malatesta, líder del anarquismo en Argentina

Los primeros antecedentes del movimiento anarquista en el país son de finales del siglo XIX, por la influencia del filósofo italiano Enrico Malatesta que vivió en el país entre 1886 y 1889.

Nació en Santa Maria Maggiore (actualmente Santa Maria Capua Vetere) el 14 de diciembre de 1853 en el seno de una familia de clase alta. Su padre, Federico Malatesta, era un terrateniente y empresario, y su madre, Lazzarina Rastoin, una dama francesa originaria de Marsella.​

Errico fue el tercero de cuatro hijos, Emilia (1849), Aniello (1851), Augusto (1857), estudió en una Escuela pía y posteriormente en la universidad de Nápoles para estudiar medicina durante tres años sin llegar a graduarse.

En edad juvenil abraza los ideales republicanos de Giuseppe Mazzini. El 25 de marzo de 1868 es requerido por la Comisaría de Nápoles a causa de una carta de carácter subversivo dirigida a Víctor Manuel II; el 19 de marzo de 1870, aún con diecisiete años de edad, sufre la primera de una larga serie de detenciones policiales, tras un motín organizado por un círculo estudiantil republicano de la Universidad de Nápoles.

En el 1871, después de la Comuna de París, abandonó las ideas republicanas para abrazar el anarquismo; en el mismo año se inscribió en la federación napolitana de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

En 1872 se fue a Suiza para participar en el Congreso internacional de Saint-Imier; en aquella ocasión se hizo amigo de Mijaíl Bakunin, de quien se considerará su discípulo. Posteriormente, Malatesta inicia un período de viajes con la finalidad de participar en distintas agitaciones sociales. Entre los países en los que viajó figuran Suiza, España, Egipto, Rumanía, Francia, Bélgica e Inglaterra. En Egipto fue uno de los impulsores del movimiento anarquista local. En marzo de 1885, para evitar la persecución en Europa, decide huir a la Argentina.

El anarquismo tiene antecedentes en la República Argentina desde el siglo XIX, gracias a su influencia. A principios del siglo XX el anarquismo en Argentina tuvo su apogeo con la Federación Obrera Regional Argentina, una organización de tipo anarcosindicalista; represiones sindicales dieron lugar a las llamadas Semana trágica y Patagonia trágica. En la actualidad, el anarquismo en Argentina se dedica a la difusión de ideas y a la propaganda, mediante periódicos y bibliotecas, más que a la organización sindical.

Durante los primeros años la actividad anarquista fue propulsada principalmente por inmigrantes, que muchas veces conformaban grupos de pertenencia según sus pueblos de origen, tal es el caso de un grupo de italianos oriundos de la misma región que conformó en Rosario un grupo anarquista llamado «El Miserable». El grupo de inmigrantes italianos se convertirá en el más influyente con la llegada del célebre filósofo Errico Malatesta en 1885. Se constituye un grupo de Estudios Sociales, que organiza conferencias de Malatesta y se edita en idioma italiano la revista La Questione Sociale. En 1886 Malatesta inició una expedición en busca de oro a la Patagonia, para conseguir recursos para la propaganda libertaria y la organización de los obreros; aunque la empresa resultó un fracaso económico, las actividades itinerantes de Malatesta influenciaron al movimiento anarquista argentino de forma indeleble. Malatesta regresaría a Europa en 1889.​ En 1887 Malatesta también ayudó a conformar el sindicato de panaderos, o Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. También ese año el anarcocomunista italiano Ettore Mattei (cofundador del sindicato de panaderos junto a Malatesta y Francesco Momo) edita el semanario Il Socialista. Organo dei Lavoratori.​

Según el historiador Osvaldo Bayer, la importancia de Malatesta se manifestó por: su internacionalismo, su predisposición a ver en los obreros y sus organizaciones el mejor medio para difundir las ideas anarquistas, y su tendencia organizacionista, que se oponía al individualismo antiorganizacionista, influenciado por el anarcocomunismo de Kropotkin. Los estatutos de los sindicatos de panaderos y zapateros organizados por Malatesta servirían como modelo para la organización de otros sindicatos. El éxito en la primera huelga de panaderos de 1888 catapultó a las organizaciones obreras de ideología anarquista.​

Los marxistas locales se agrupaban en torno al periódico Vorwarts (Adelante), que era editado por alemanes y en idioma alemán, y tenía un severo aire intelectual, que despreciaba la «falta de disciplina» de los obreros de origen latino. En cambio, los anarquistas editaban sus periódicos no solo en los idiomas de las colectividades inmigrantes, sino principalmente en castellano, teniendo una influencia importante en las masas proletarias argentinas.​