Batalla de la Rinconada

En el paraje denominado La Rinconada del Departamento de Pocito en la Provincia de San Juan fue escenario de dos batallas entre unitarios y federales.

Se conoce como «Segunda Batalla de la Rinconada del Pocito» o simplemente Batalla de la Rinconada a la invasión promovida desde el Poder Ejecutivo Nacional, en ese entonces por Santiago Derqui; hacia la Provincia de San Juan.

En San Juan estaba gobernando Antonino Aberastain. Las provincias estaban en una guerra civil por la pugna entre las Fuerzas Unitarias y Federales, que deseaban fervientemente imponerse a nivel Nacional. Es por esto que aún no existía la prohibición de Fuerzas Armadas Provinciales.

La presidencia ordena la intervención en San Juan y deja la dirección del ataque a cargo de Juan Saá, quien marcha con tropas mayoritariamente mendocinas en dirección al límite entre San Luis y San Juan.

Saá da un ultimátum, que es contestado por Aberastain mientras improvisa un Ejército. Saá entonces avanza , y luego es encontrado por las fuerzas sanjuaninas en el distrito de La Rinconada, en el Departamento Pocito (unos 20 km al sur de la Ciudad Capital Provincial).

La batalla tiene una mediana duración, pero termina con la derrota total de las fuerzas sanjuaninas, y con el apresamiento de Antonino Aberastain.

Decenas de oficiales, incluyendo Aberastain, quedaron bajo la custodia del coronel Francisco Clavero, que los maltrató físicamente. Temiendo una rebelión o intento de fuga de los mismos, al día siguiente Clavero ordenó el fusilamiento de Aberastain. Su muerte ocurrió en el distrito de Villa Aberastain (actuales Calle 10 y Avenida Mendoza), donde actualmente hay un monumento conmemorativo.

Consecuencias

El asesinato brutal del Gobernador sanjuanino repercute en el gobierno, ya que figuras de peso político repudian el hecho, entre ellos Justo José de Urquiza y Domingo Faustino Sarmiento (quien era amigo íntimo del fallecido Aberastain). Las disputas recrudecerán hasta llevar a la denominada Batalla de Pavón, con la consecuente unificación del país. La heroica lucha de Aberastain será tenida en cuenta luego, para la reafirmación de las autonomías provinciales como pilar fundamental para el federalismo.