Petrona Simonino, una de las tantas mujeres de Vuelta de Obligado
Esta vecina de San Nicolás fue recordada en los informes de la batalla de Vuelta de Obligado.

Nació Petrona Simounin allá por el año 1811, en el seno de una familia acomodada del pueblo de San Nicolás de los Arroyos.
Con el correr de los años, los paisanos nicoleños no lograrán pronunciar adecuadamente su apellido, quedándole para siempre el patronímico Simonino. Y aunque no conviene adelantarnos al relato, los documentos oficiales redactados luego de la batalla de Vuelta de Obligado la nombrarán también como Simonino. Su padre, Antonio Simounin, era francés, mientras que su madre, doña María Eustaquia Almada, pertenecía a una de las familias «de bien» de San Nicolás.
En 1832 se casó con Juan Silva, un hacendado de la zona con quien tuvo ocho hijos. Ambos participaron en la batalla de la Vuelta de Obligado: él, como capitán de la milicia norte y ella, auxiliando a los combatientes —proveyó de municiones y agua a los que peleaban y ayudó a los heridos—.
Petrona comandaba a un grupo de mujeres que tuvieron tareas de logística, enfermería, transporte de municiones, y agua.
El parte de guerra, confeccionado por el general Mansilla, la cita a Simonino de forma especial con la siguiente mención: “…tuvieron que dejar aquel lugar, bajo un fuego abrasador, para alejar las carretas del Parque, con crecido número de heridos y familias, en las cuales se distinguió por su valor varonil la esposa del capitán Silva, doña Petrona Simonino”.
Aclaremos que no fue la única mujer con protagonismo en esta batalla, tal como dejó consignado Francisco Crespo, el ayudante de Lucio Mansilla, en el parte que envió a Rosas: «También han muerto con heroicidad varias virtuosas mujeres, que se mantuvieron en este sangriento combate al lado de sus esposos, hijos o deudos, socorriendo a sus heridos y ayudando a los combatientes en la defensa del honor argentino».
Simonino logró sobrevivir a la batalla y murió, olvidada, en 1887.