Mitos y leyendas que impulsaron la conquista de América
A medio camino entre la aventura, la fantasía y la maldición se encuentran las crónicas de la conquista española del Nuevo Mundo.

Nos situamos en los siglos XVI y XVII, en plena conquista y colonización del continente por los españoles. En muchas ocasiones, su avance al corazón del continente estuvo impulsado por una serie de creencias que hoy consideramos puramente legendarias, pero que en aquellos años se tomaban muy en serio.
Algunas eran importaciones de viejas creencias europeas. El propio Colón fue un entusiasta de la búsqueda de la mítica isla de Antilla (o Antilia), que aparece en la cartografía hacia el siglo XV y su origen se solapa con la leyenda de la Atlántida.
Los conquistadores también trasladaron viejos mitos de otras partes del mundo (como las mujeres guerreras). En parte porque creyeron que América era la misteriosa India que habían descrito autores de la Antigüedad donde ubicaban hechos extraordinarios. En otras ocasiones, fue una mera justificación para lanzarse a la búsqueda de las riquezas que abundaban en las nuevas tierras.
Mitos de la época que impulsaron a los exploradores:
1. La Ciudad de los Césares: un mito que nació de la búsqueda de otro mito, la Sierra de Plata. El capitán español Francisco César retornó al fuerte Sancti Spiritus, primer asentamiento europeo en el Río de la Plata fundado por la expedición del veneciano Sebastián Caboto en 1528. Aseguró que había visto una ciudad con enormes riquezas que impulsó búsquedas posteriores.
Seguramente se trataban de los relatos que los expedicionarios habían escuchado de los indios sobre el imperio inca en Perú y que hicieron suyos. El mito fue creciendo y los conquistadores lo utilizaron para perseguir cualquier rastro de una posible ciudad indígena con riquezas en el cono sur de América.
2. El reino de Paititi: aquí el mito hablaba de un reino o una ciudad (o ciudad-estado, ya puestos) en el sur del Amazonas, en algún punto en la frontera entre Brasil y Amazonas. Sus orígenes están en las leyendas incas sobre las conquistas del pasado (como la de Inkarri) y luego fueron recogidas por los españoles para justificar o motivar las expediciones en búsqueda de riquezas.
3. La Fuente de la Eterna Juventud: se trata de una de las leyendas importadas del Viejo Mundo, mezclada con las autóctonas. El deseo de mantener el cuerpo joven se remonta a la Antigüedad. Estos relatos míticos fueron adaptados por los árabes, y se hicieron muy populares en España a finales de la época medieval. Por su parte, los arahuacos del Caribe hablaban de la isla de Bimini, con aguas con propiedades curativa, y los indígenas del Orinoco creían en la existencia del árbol de la vida.
Cuenta una historia apócrifa, que Juan Ponce de León escuchó de los indígenas de Puerto Rico la historia de la fuente de la Eterna Juventud y eso lo llevó a cruzar el mar y a descubrir Florida. Aunque no hay una prueba histórica fiable que este fuera el principal motivo que movió al conquistador. El relato fue un añadido de cronistas posteriores como Antonio de Herrera y Tordecillas, y mezclaban las leyendas indígenas –que hablaban de ríos más que de fuentes- con los viejos mitos europeos de una fuente.
4. El Rey Blanco: no solo el oro movía la ambición del conquistador. En este caso, estamos ante una leyenda de los indios guaraníes en la costa brasileña. Hablaban de una tierra en el interior, gobernada por el Rey Blanco y donde había una sierra de plata maciza y ríos de oro. Se llegaba a ella remontando el Río de la Plata (de aquí viene su nombre).

Los primeros blancos que se lanzaron a buscar esta tierra fueron algunos náufragos de la expedición de Juan Díaz de Solís. Fueron masacrados cuando volvían cargados de oro y plata, pero su relato llegó a oídos de otros españoles. Quien buscaría con más ahínco al Rey Blanco fue Sebastián Gaboto que se internó por el río Paraná, también fundó el fuerte Sancti Spiritus (que hemos visto antes). Su descubrimiento impulsó la expedición de Pedro de Mendoza.
5. Las sietes ciudades de Cíbola: se trata de una leyenda traída desde Europa. Hablaba de siete obispos que huyeron de la Península Ibérica cuando la invadieron los musulmanes en el 711. En época medieval se situaba en una isla donde cada religioso fundó una ciudad (Cíbola sería una de ellas) donde se acumularon numerosas riquezas, y en ocasiones se fusionó con el relato de Antilla.
La leyenda se recupera en América a principios del siglo XVI. Primero con una breve referencia de Álvar Núñez de Cabeza de Vaca , y que popularizó un esclavo que acompañó a los españoles por Florida, Estebanico. Luego hubo varias expediciones por el norte de México y en los territorios actuales de Estados Unidos, como las del franciscano Marcos de Niza (quien exageró sus informes hablando de poblaciones extraordinarias) o la de Francisco Vázquez de Coronado y que le llevó a encontrar el Gran Cañón de Colorado.
6. El Amazonas: otro mito que tiene raíces anteriores a la conquista. Nace en la Antigüedad y habla de una tribu de mujeres guerreras que habitan algún punto del Cáucaso o de las estepas euroasiáticas. Ya habla de ellas Herodóto, y también hay relatos que la vinculan con Alejandro Magno.
La leyenda resurge con la llegada de Colón a América, y en seguida empiezan a trascender historias de reinos de mujeres belicosas. Se vincula al célebre río por la expedición de Francisco de Orellana que aseguró que fueron atacados por un grupo de guerreras el 24 de junio de 1542. Hay quien ha explicado estos hechos con que fueron indios con el pelo largo.
7. El Dorado: esta leyenda merece ser dejada para el final porque reúne todas las obsesiones de los conquistadores españoles. El mito se fue configurando con los relatos de riquezas que escuchaban de los indios cuando avanzaban por territorios de Perú, Colombia y Venezuela. El mito toma la denominación de El Dorado en Quito, cuando escuchan relatos de los indios chibchas que hablan de cómo su rey se cubría de oro en la laguna Guatavita para algunos rituales.
Esta amalgama de historias sobre oro abundante en territorios y ceremonias dio lugar a la leyenda de El Dorado, una ciudad completamente construida de oro. Siguiendo estos mitos, los españoles lanzaron numerosas expediciones.