Tomás Coquet “El primer dentista”

Tomás Coquet, precursor de los dentistas diplomados en el Río de la Plata. Llegó a ser el odontólogo de Juan Manuel de Rosas.

Tomás Coquet fue el primer argentino en recibirse de dentista. Nació en Buenos Aires, el 11 de marzo de 1813. Cursó estudios en la Facultad de Medicina de la UBA, donde se le otorgó el primer diploma de “Examinador Dentista” el 5 de diciembre de 1837, después de haber rendido examen ante el Tribunal de Medicina.

Fue el primer argentino recibido en el país, y el de 10 de agosto de 1844 a pedido del Tribunal de Medicina el Gobernador de Buenos Aires, Brigadier don Juan Manuel de Rosas, lo nombró “Profesor de dentistas”, para integrar el Tribunal de Medicina. Fue un reconocimiento tácito de que la odontología era una especialidad con fundamentos propios y distintos al resto de las ramas de la medicina.

El primer examen en tal carácter los tomó Coquet al dentista Carlos Krause (alemán) el 29 de agosto de 1844. También tuvo el honor de tomarle examen en 1847, al francés Juan Etchepareborda, después afamado odontólogo. Este último junto con Coquet serían los primeros profesores en lo que por aquel entonces se consideraba un “arte”.

Las dentaduras de los porteños no estuvieron desatendidas por falta de profesionales en los tiempos del Restaurador. Hacia 1849 el propio Tomás Coquet atendió al gobernador Juan Manuel de Rosas de sus dolencias. Tenía su consultorio en la calle 25 de Mayo 24.

Otros profesionales de esa época fueron Guillermo L. Tenker, cirujano dentista que atendió primero en 25 de Mayo 40 y después en Cangallo 31; y Adolfo L. Alker, quien atendía en Representantes (actual Perú) 15; ambos ofrecían a sus pacientes los últimos materiales recibidos del extranjero.

A partir de esa época todos aquellos que querían ejercer como dentistas tenían que rendir ante el Tribunal de Medicina integrado por el primer dentista diplomado en la República Argentina. Aquí comienza o nace la Odontología en nuestro país. Sin duda que los comienzos no han sido fáciles, el charlatanerismo y el empirismo estaban en pleno auge y el cuidado de la salud bucal estaba relegado a la extracción dentaria en manos ineptas de los charlatanes, menospreciando su ejercicio y fomentando el empirismo. La mayor parte de los tratamientos de la época seguían siendo realizados por personal no profesional, muchas veces con escaso conocimiento médico en general.

Coquet tuvo su solar en el viejo pueblo de Flores, en la actual intersección de Avellaneda y Fray Cayetano Rodríguez, el cual se halla consignado en el plano de 1850. Tomás Coquet falleció en Buenos Aires, el 20 de setiembre de 1887, a los 74 años de edad, completamente retirado a su vida privada. Sus restos fueron llevados al cementerio de la Recoleta.