Ceferino Namuncurá, mestizo y santo
Ceferino es el hijo de un lonko Mapuche que quiso ser sacerdote y llegó a estudiar en Roma, donde conoció al Papa Pío X.

Ceferino nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay, valle medio del Río Negro. Uno de los siete hijos del lonko mapuche Manuel Namuncurá, Rosario Burgos, su madre, fue una cautiva chilena. Su abuelo fue el legendario Calfucurá, el «Napoleón de las Pampas».
Su vida de niño transcurrió durante los años de la Campaña del Desierto llevada a cabo por el General Roca para conquistar las tierras del sur argentino habitadas por indígenas.
Luego de salvarse de morir ahogado en el Río Negro fue bautizado por el sacerdote salesiano Domingo Milanesio, en una de sus giras misioneras, el 24 de diciembre de 1888. Su acta de bautismo se encuentra en la Parroquia de Patagones.
En 1897, viajó con su padre a Buenos Aires, y recomendado por el entonces Ministro de Guerra y Marina, teniente general Luis María Campos, se desempeñó como carpintero en el taller de la Armada nacional, con asiento en la localidad de Tigre. Luego por gestiones del ex presidente Luis Sáenz Peña, ingresó en el colegio salesiano Pío IX de la Obra de Don Bosco. Allí descubrió su vocación: quería ser sacerdote para llevar a la gente de su raza el mensaje del Evangelio.
A principios de 1902, su salud se deterioró: había contraído tuberculosis. En 1903 el vicario apostólico de la Patagonia, y más tarde, cardenal de la Iglesia, monseñor Juan Cagliero decidió trasladarlo a Viedma (Río Negro), con la esperanza de que los aires nativos ayudaran a recuperar su salud. Allí inició sus estudios de latín en el en el Colegio San Francisco de Sales en Viedma. Ofició de sacristán en la Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes.
Su salud continuaba empeorando, los salesianos pensaron que en Europa podría recuperar la salud y continuar sus estudios de sacerdocio, el 19 de julio de 1904 fue trasladado a Turín (Italia), acompañado por monseñor Cagliero. Llegó el 13 de agosto de 1904, en momentos de celebrarse el X Capítulo General Salesiano.
Estudió en el colegio salesiano de «Villa Sora», en Frascati, Roma. El 27 de setiembre de 1904, visitó al papa Pío X -luego San Pío X-, a quien le obsequió un quillango mapuche tejido con lana de guanaco, oportunidad en que el papa lo retribuyó con el galardón de «Príncipe de la catequesis». Acompañado por Cagliero pronunció un breve discurso.
En marzo de 1905 fue internado en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios, donde fue atendido por el Dr. José Lapponi, médico personal de los papas León XIII y Pío X. El 11 de mayo de ese mismo año murió acompañado por monseñor Cagliero. Se dice que el Papa dijo: «Era una bella esperanza para las misiones de la Patagonia, pero ahora será su más válido protector».
Fue enterrado al día siguiente en el cementerio popular de Roma, en Campoverano bajo el amparo de una cruz de madera con su nombre.
En 1924 los restos de Ceferino Namuncurá fueron repatriados por orden del presidente Marcelo T. de Alvear y llevados a la capilla reconstruida del antiguo Fortín Mercedes, situado frente a la vecina localidad de Pedro Luro.
El 3 de marzo de 1957 el papa Pío XII aprobó la introducción de la causa de beatificación de Ceferino Namuncurá. Quince años más tarde, el 22 de junio de 1972, el papa Pablo VI lo declaró venerable.
La devoción popular a Ceferino Namuncurá se fue difundiendo desde mediados del siglo XX por toda la Argentina, en la Patagonia, Ceferino es el santo más popular de todos. Desde hace medio siglo que sus devotos reparten estampitas y le construyen altares.
En 1992 sus restos fueron trasladados a una sala contigua del Santuario de María Auxiliadora de Fortín Mercedes, por razones de mayor seguridad.
En 2007, el Vaticano consideró que la curación de Valeria Herrera, una joven de la provincia de Córdoba con cáncer de útero, fue un milagro por la intercesión de Ceferino Namuncurá. La mujer llegó a concebir con posterioridad. Este fue el antecedente que se tuvo en cuenta para su beatificación.
El 7 de julio de 2007, el papa Benedicto XVI firmó el decreto que declaraba a Ceferino Namuncurá como beato. El pontífice recibió al cardenal José Saraiva Martins, el por entonces prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y autorizó a la Congregación a promulgar una serie de decretos, entre los cuales el que declara beato al «Siervo de Dios Ceferino Namuncurá».
El 11 de noviembre de 2007, el enviado papal, el cardenal Tarcisio Bertone, proclamó beato a Ceferino Namuncurá, ante más de 100 000 personas en una ceremonia de beatificación en Chimpay, Río Negro, ciudad natal del joven salesiano. La fiesta religiosa se fijó para el 26 de agosto, fecha de su nacimiento.
El 12 de agosto de 2009, sus familiares trasladaron sus cenizas a la Comunidad de San Ignacio, en el departamento Huiliches (provincia del Neuquén), a 60 km de Junín de los Andes, bajo el rito de la religión mapuche.