Vía «Camino a San Martín» y el Puente

Ori­gi­nal­men­te co­no­ci­da co­mo “Ca­mi­no a San Mar­tín”, la ac­tual ar­te­ria del mis­mo nom­bre es im­por­tan­te en el ba­rrio por su mo­vi­mien­to co­mer­cial. Su nom­bre pri­mi­ti­vo adu­cía al des­ti­no al que lle­va­ba, el pue­blo de San Mar­tín.

Atraviesa el barrio y es una de las vías rápidas que cruza la ciudad de este a oeste, desde la estación Once, a través de la Avda. Díaz Vélez y Tte. Gral. Perón, hasta la Avda. Gral. Paz, continuando como ruta 8 en el Partido de San Martín, que lleva a la localidad de Pilar.

El nombre original de esta arteria fue “Camino a San Martín” que era la vía obligatoria para llegar al partido del mismo nombre. La Municipalidad la denominó así en homenaje al General San Martín en 1895. Comenzó a ser pavimentada hacía 1912. Una referencia ineludible en su larga extensión es el Puente.

Es muy común que si alguien quiere ir a algún punto de La Paternal, la pregunta sea ¿Cerca del Puente?

La historia de su construcción comienza en 1906 por los inconvenientes con el tránsito, por la gran fila de tranvías que se detenían ante las barreras del ferrocarril para dar paso a los trenes.

Es por eso que para agilizar el tránsito se pide la construcción de un puente que fue acordado en 1914, pero la primera guerra mundial obligó a su postergación.

En 1926 se inauguró y a partir de ese momento, el puente fue y es el distintivo del barrio. Comienza en la calle Punta Arenas y finaliza en Chorroarín. Tiene seis carriles, tres por cada mano y dos veredas laterales. Consta de cuatro escaleras laterales, su extensión es de setecientos metros.

Durante muchos años, aproximadamente hasta la década de 1970 todos los colectivos, troles y tranvías que pasaban por Avenida San Martín poseían paradas, muchos pasajeros descendían para ir al hospital Alvear que tenía una entrada habilitada por la Avenida,

A fines de l983 por su deterioro fue clausurado, provocando múltiples inconvenientes en el tránsito de la zona. En 1987 fue reparado totalmente y se le agrego un paso vehicular en túnel ejecutado en hormigón armado bajo la rampa.

En 1994 el puente se lo rebautizó Julio Cortazar (antes Martín Noel) que fuera vecino y lo recordó en uno de sus libros: Rayuela “… el Cuyano pasó bajo el puente de Avenida San Martín y oímos su pitada…” y en su cuento Ómnibus…” Y en la esquina el puente de Avenida San Martín, antes de virar, el conductor se dio vuelta y también la miró…”

La Avenida San Martín es el centro principal del desarrollo comercial, se localizan el equipamiento administrativo, comercial, financiero e institucional y se convirtió en el eje del desarrollo. Hay numerosas sucursales bancarias, y la transitan gran cantidad de líneas de transportes como la 24, 105, l09, ll0, ll3, 133, 146 que vinculan al barrio con todos los puntos de la Capital y la 57 que llega hasta Luján. También la transitaron otras líneas hoy desaparecidas como la 8,10, 22,52, l25, 149 y 169

En la época que existía ese icono del transporte porteño que fueron los tranvías, circulaban por esta avenida la línea 85 que salía de Villa Devoto a José M. Moreno y Rivadavia, la Nº 86 de Villa Devoto a Plaza de Mayo, la Nº 94 de Chacarita a Plaza de Mayo y la Nº 95 de Donato Alvarez y Avda. San Martín a Chacabuco y Moreno. (5)

Sobre Avda. San Martín también llegaron a circular trolebuses. Eran ómnibus que circulaban alimentados a electricidad, de su techo salían dos brazos conectados a la línea de electricidad, tendidas especialmente para este medio de transporte. La línea que pasaba por San Martín era la 306 que después se transformó en la de colectivos l46. Los inconvenientes que tenían los troles, era que muy común que se desprendieran los carriles y el guarda debía bajar a ponerlos nuevamente en su rieles lo que motivaba demoras o la falta de corriente eléctrica muy común en la década del 60, por los problemas energéticos que aquejaban a gran parte del país, todos se detenían y no podían continuar.

También sobre la Avda. Juan B. Justo funcionó la 304, que se transformó en la de colectivos Nº 34 que une Palermo con Liniers.

En 1920, el diario “El Independiente”, uno de los primero que circularon por el barrio, refiriéndose a la Avenida San Martín dice” Quién conoció esta zona en tiempos no lejanos, allá por el año 1905, tendrá muy en cuenta lo que el barrio fue y lo que actualmente es…” “En aquel entonces, la Avenida San Martín existía sólo de nombre, puesto que por ella, después de su trazado, no era posible transitar en ninguna forma; pozos, zanjas, charcos y todo lo que fueran necesario para entorpecer el tráfico… “….”Siguiendo hacia el norte, sólo se encontraba una pobre casucha de material donde hoy es la Avenida y Cayena (Nicasio Oroño) que ocupaba una especie de pulpería, a la usanza antigua” “Unicamente se notaban algunas casas, aunque algo diseminadas, al oeste de la calle Bella Vista, hoy Teniente General Donato Alvarez, calle que servía de vía de comunicación entre Flores y Chacarita nuevo, en ese entonces, hoy Cementerio del Oeste, calle que lucía un paso del progreso, puesto que estaba adoquinado casi en su talidad. La estación Bella Vista de la empresa Belga Argentina, se inauguró a fines de ese mismo año, haciendo correr el primer coche de la línea 89 entre Bella Vista y Plaza Italia, desde la citada estación por Avenida San Martín, Dúngenes, Warnes, Cánning y Santa Fe hasta Plaza Italia y desde ahí por el mismo recorrido al punto de partida.” “Cómo es de suponer, la inauguración de esta línea trajo el movimiento de la zona, así como la rápida edificación…..se iniciaron entonces las ventas de tierra…..fue poblándose la zona del barrio Bella Vista, fue haciéndose más compacta la edificación” “Aquella Avenida, antes tan intransitable, poco a poco fue bordeándose de casitas modestas y así al año de inaugurada la línea 89 se instalaban en sus inmediaciones

Aparecieron varias casas de comercio, uno de los primeros comercios fue la carnicería del conocido y antiguo vecino señor Emilio Bruni, después aparecieron Pablo Pusinieri que abrió un modesto café…” “Vino después D. Juan Taricco a instalarse con un negocio de panadería en su local propio…”….”…Más o menos en la misma fecha inaugurábase la línea 86….también en esa época inaugúrose la línea 94, que hacía su recorrido de ida y vuelta por Avenida San Martín hasta Donato Alvarez”

“Ya desde entonces comenzóse a acentuar más el movimiento progresista del barrio; adoquínese la Avenida San Martín, se fundaron varias escuelas, fue canalizado el cauce del arroyo Maldonado, apareció el primer periódico de la localidad titulado “Los Principios”, bajo la dirección del señor José D. Mazzarelli, y la primera revista titulada “La Verdad” bajo la dirección del señor Emilio Delfino; de estas publicaciones la primera aún existe” (6)

Este relato de “El Independiente” nos da un panorama muy aproximado de la Avenida San Martín, en la artería principal del barrio y que por el desarrollo de un medio de transporte como el tranvía, comienza el desarrollo del barrio.

Otros comercios que la caracterizaron fueron: las sederías “Sus”, “Progreso” “La Central” que ocupaba la esquina de San Martín y Nicasio Oroño, con sus grandes vidrieras, su amplio surtido en telas y como no recordar sus grandes liquidaciones imitando a las grandes tiendas del centro

Los bazares “Payasos”, “Martínez”, “Danubio” y el “Dos Mundos” cuyo dueño el Sr. Roger Valet, era un español que estaba tan agradecido con el país que donó una escuela a cada provincia argentina. Este bazar que estaba ubicado en la esquina de la Avenida y Dickman, hoy ocupado por una pizzería, como los otros lamentablemente han desaparecido.

También aparecieron las zapaterías “Carlitos” que se especializaba en niños. La “Podestá” con su local hecho todo en maderas y con la vieja caja registradora a manivela, la “Rex”, todas desaparecidas. Un dato curioso era el sanatorio para enfermedades mentales ubicado en la avenida entre Juan Agustín García y Donato Álvarez, que tenía dos entradas, un lugar con rejas y donde hoy se encuentra un local de hamburguesas extranjero. Otro comercio que era muy concurrido por los habitantes del barrio, era la pizzería “Pinocho”, ubicada en Avda. San Martín y Donato Álvarez, al lado del Mercado Alvear, de gran renombre por sus exquisitas pizzas, que lamentablemente adquirió fama en toda la ciudad, porque en ella se produjo una intoxicación masiva que provocó muertes y problemas de salud, y a partir de ese momento provocó su desaparición.

La que si subsiste y ha cumplido más de cien años en la “Confitería Fierro”, hoy atendida por los hijos y nietos de sus fundadores que durante tantos años hizo las delicias del paladar de todos lo que habitamos el barrio. En la actualidad se pueden observar sus amplias instalaciones, con sus dos vidrieras, donde se exponen los ricos manjares que en ellas se fabrican.

Como no recordar a las famosas “Academias Pitman”, ubicada en la Avenida y Nicasio Oroño, con su edificio de la década del 30, donde tantos aprendieron los primeros rudimentos de la dactilografía y taquigrafía y muchos obtuvieron su diploma de dactilógrafo que aseguraba que escribía al tacto cuarenta y cinco palabras por minuto, que era lo imprescindible para ingresar en cualquier empresa, y también en esa misma vereda la famosa casa de ropa de trabajo Coppa y Chego, que tenía varias sucursales en la ciudad y en cuyo frente se exponía un cartel con un perro y tironeando un pantalón para demostrar la fortaleza de la ropa que se vendía.

La Galería Libertador, fue la primera del barrio, y el gran comentario del barrio porque, recién comenzaba en la ciudad este tipo de emprendimiento, había sido antiguamente un gran bazar y una ferretería.

Sin embargo la Avenida San Martín, es conocida por los antiguos vecinos del barrio, porque en ella, estaba un icono que fue el “Cine Taricco”. Estaba ubicado en Avenida San Martín casi esquina Nicasio Oroño. En 1912 el Sr. Luis Taricco se estableció con su familia y fundó la panadería “La Guadalupe”, donde hoy funciona una farmacia. Posteriormente compra un terreno lindante y funda el cine. Este tenía mesitas y sillas como si fuera una confitería. Los concurrentes se sentaban a tomar algo y veían películas. Luego compró más terrenos y construyó un gran cine, tenía 1000 localidades. Así nació en 1920 el cine “Taricco”, donde actuaron Carlos Gardel, Azucena Maizani, Astor Piazzola, Juan Carlos Chiappe, entre otros.

Tras su cierre en la década en 1969, entre otros motivos por la aparición de la televisión, el local estuvo cerrado por mucho tiempo, luego fue alquilado para un supermercado de la Cooperativa El Hogar Obrero y a su quiebra, durante mucho tiempo se pretendió venderlo.

Después de una lucha incesante para recuperarlo como Centro Histórico, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sancionó la Ley 1837, expropiando el Cine-Teatro Taricco, y autorizando su adquisición, para destinarlo a actividades culturales.

En los antiguos vecinos de este barrio, permanece en la memoria, aquellos días en los cuales en la matinée daban tres películas continuadas del lejano oeste, dónde al protagonista a pesar de las intensas acciones, siempre le quedaba su sombrero. Esas secciones del cine eran inolvidables, cuando se cortaba la película se hacía tronar los silbidos del público y el taconeo sobre el piso de madera., y cuando aparecieron las películas de Isabel Sarli, y a pesar de ser menores igual entrábamos en el gallinero y los gritos de admiración y silbidos, cuando aparecían las primeras desnudeces de la “Coca”. Había algunos que iban “armados” con naranjas en sus bolsillos y que tiraban apenas se interrumpía la película y al prenderse la luz, el acomodador “Luciano”, este hombre de cuerpo grande y andar dificultoso, que a toda costa quería ubicar a los “malditos” que cometían tal acción. Como es lógico nunca lo encontraba. Otro dato anecdótico era la porción de pizza que comíamos en el local pegado al cine, “La Cumbre” que todavía permanece modificado o la compra de golosinas en la confitería Fierro.

Muchas veces al pasar frente al edifico del “Taricco”, vuelven a mi mente aquellos recuerdos, que no son posibles se vuelvan a vivir, pero en mi caso y en de muchos otros, permanentemente nos parece ver aquellos duelos famosos entre los niños y Luciano recorriendo los pasillos del cine.

Tampoco podemos olvidar cuando al aproximarse la fecha del aniversario del Gral. San Martín, en las vidrieras de todos los comercios, se preparaban motivos relacionados con su vida, como ser alguna batalla, el cruce de Los Andes y todos nos deteníamos en cada comercio a observar este trabajo artesanal y que la Asociación de Comercios de la Av. San Martín, premiaba a los mejores.

Fueron inolvidables los carnavales que se hacían en la Avenida. El palco estaba ubicado en la esquina de Donato Álvarez en un tiempo y después en Fragata Sarmiento. En ellos desfilaban las más variadas comparsas y que por supuesto el principal motivo de sus canciones era el gobierno de turno. Era incesante el desfiles de las mascaritas disfrazadas de las mas distintas maneras, los juegos con serpentinas y los plumeritos y a veces los juegos con los pomos de agua.