Roca y su pelea con la iglesia

Un 18 de octubre de 1884 el presidente Roca expulsaba al nuncio apostólico Luis Mattera luego de acusarlo de intromisión en los asuntos internos del país. Argentina estaba en plena ebullición por el debate alrededor de la ley 1420, que establecía la educación común, gratuita, obligatoria y laica.

La ruptura de relaciones con el Vaticano tuvo lugar durante el primer gobierno de Julio Roca y la recomposición fueron restablecidas por el presidente Roca en su segunda presidencia, habiendo servido de mediador el salesiano Juan Cagliero, que dirigía las misiones y la educación de su congregación en los territorios del sur, actividad que le valió la calificación de «apóstol de la Patagonia». Hizo un viaje a Roma en agosto de 1898 y al regresar un año más tarde la situación se ofrecía propicia a la reanudación de las relaciones. El ministro Felipe Yofré quedó encargado de la tramitación ante la Santa Sede. 

El entonces canciller argentino Amancio Alcorta encomendó a su ministro en Francia y Bélgica, Carlos Calvo, la realización de algunas gestiones confidenciales ante el papa León XIII. Las mismas tuvieron éxito y las relaciones diplomáticas se reanudaron. Por decreto del 10 de junio de 1899, la representación argentina se extendió a la Santa Sede, y el ministro Calvo presentó sus credenciales ante el Sumo Pontífice el 29 de noviembre de dicho año. Por su parte, León XIII acreditó como nuncio interapostólico ante el gobierno argentino, a monseñor Antonio Sabatucci, quien presentó sus credenciales al presidente Roca y fue reconocido en dicho carácter el 23 de mayo de 1900.