Primer censo de la Nación Argentina
El primer Censo de Población del país se realizó entre el 15 y el 17 de septiembre de 1869, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento.

El primer Censo Nacional de la República Argentina se realizó entre el 15 y el 17 de septiembre del año 1869, bajo la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, y fue dirigido por Diego de la Fuente.
Este censo se fundó en una concepción de registro, vigente hasta el presente, que es la referencia a la “población de hecho”.
Arrojó un resultado de 1.737.214 habitantes, sin contar el ejército que operaba en Paraguay ni la población indígena, cuyo cálculo aproximadamente fue de 93.000 personas, con lo cual se obtiene una población total de 1.830.214.
Antecedentes de censos poblacionales en Argentina
Quien tuvo por primera vez la idea de llevar a cabo esta investigación fue Mariano Moreno en el 1810, cuando mandó a realizar un análisis de las provincias que formaban parte del virreinato. Pero debido a la mala implementación solo se obtuvieron datos de Buenos Aires y ni siquiera eran certeros. Algo similar sucedió tres años después, ya que la Asamblea General Constituyente ordenó la «formación de un empadronamiento prolijo de todos los pueblos», aunque tampoco se concluyó.
A su vez, entre los años 1854 y 1860, cuando Justo José de Urquiza era presidente de la Confederación Argentina, Santiago Derqui, quien se desempeñaba como su Ministro del interior, decretó la realización de un censo general. De nuevo, no fue más que un intento debido a que la manera en la que fue organizado no cubrió los lugares que debía y solo fueron censadas ocho de las trece provincias que formaban parte de la que en aquella época era la Confederación.
Finalmente, después de trabajar para una buena organización el 15 de septiembre de 1869, se inició el trabajo a cargo de quien fue el superintendente del censo, el anteriormente mencionado Diego De La Fuente, encargado por el entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento. Del proceso participaron más de 3000 ciudadanos para recorrer los hogares de todo el territorio y se constituyeron 700 comisionados de censo, «nombrados de a dos o tres por cada departamento, sección o partido provincial», los cuales estaban bajo el control y la dirección de 15 comisarios provinciales.
La idea principal había sido dejar las planillas en cada una de las viviendas por las que pasaban, para luego retirarlas. Sin embargo, esto no pareció factible, por lo que se volvió a la ocurrencia inicial de que los voluntarios las completen al entrevistar a los residentes de cada casa.
Entonces, los que todavía eran estados de Argentina fueron divididos en cinco agrupaciones para un mejor manejo de los datos: este, centro, oeste, norte y territorios. En la región del este se encontraban Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, que llegaron a un total de 847.518 habitantes; en el centro estaban Córdoba, San Luis y Santiago del Estero, sumando 396.700 habitantes; la agrupación oeste la constituían Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca, con 254.440 personas; de la Norte participaban Tucumán, Salta y Jujuy con 238.265; y los territorios Chaco, Misiones, La Pampa y Patagonia reunieron 93.291 habitantes.

A su vez, también se incluyeron los argentinos que en aquel momento conformaban la población fluvial, es decir quienes se encontraban navegando en el día del censo. El jefe de Capitanía Central de puerto acató las ordenes que se le dieron y llevó a cabo su labor para incluirlos en el registro. Mientras tanto, quienes se encontraban en el ejército de operaciones en el Paraguay fueron censados por sus jefes, siendo un total de 6.276; mientras que los argentinos en el extranjero también fueron tenidos en cuenta y arrojaron una suma de 41.000.
En conclusión, la «suma de la población argentina en 1869 dentro y fuera del territorio» fue de 1.877.490.
División entre sexo, edad y estado civil
Realizándose la comparación entre sexos, se resultó una totalidad de 897.780 varones y 843.572 mujeres, pero sin tener en cuenta a la población inmigrante, el sexo femenino «ganaba» por la amplia diferencia de 49.351 habitantes. A excepción de Santa Fe y Entre Ríos, todas las demás provincias están mayormente habitadas por mujeres.

Mientras tanto, en cuanto a edades, en el territorio se encontró un total de 729.287 niños de 1 a 14 años inclusive, 840.888 jóvenes y adultos entre 16 y 50 años inclusive y 110.834 de más de 51 años. Sin embargo, cabe destacar otro apartado que se realizó, que fue el de los adultos mayores a 100 años, que fueron 231 personas, entre las que se encontraban 147 mujeres y solo 87 hombres.
Según el documento oficial, además, se arrojó un resultado de 385.119 personas casadas, «algo más de la sexta parte del total de la población». Los datos también revelaron 88.902 habitantes que habían enviudado, 27.478 hombres y 61424 mujeres.
Educación y formación
Al momento de realizado el primer censo poblacional, los niños en edad de escolarización eran 413.465, pero para sorpresa y decepción de la nación, solo 82.671 podían acceder a la educación, dejando a más de 330 mil pequeños sin oportunidad de aprendizaje. Estos datos, en un principio, fueron tomados hasta los 14, pero teniendo en cuenta un año más de edad, se sumaba un total de 386.318 varones y mujeres sin posibilidad de asistir a la escuela. A su vez, se encontró que 36070 personas no sabían leer y 37003 no sabían escribir.

Por otro lado, se entrevistó sobre las profesiones de cada una de las personas habitantes de los hogares, arrojando bajos número de formación y una gran diferencia entre hombres y mujeres. De La Fuente aclaró en el documento que a pesar de que algunos errores se hayan podido haber cometido en el escrito, la mayoría podían tomarse con credibilidad. Así, 9602 hombres eran militares, 8653 agricultores, 2307 se dedicaban a oficios escolares como profesores, maestros, preceptores, 1781 eran mineros, 1047 eran curanderos y curanderas y solo 458 eran médicos. Además, 439 se desempeñaban como abogados, 240 como agrimensores, 194 como ingenieros y 70 como arquitectos.
Las mujeres, por su parte, trabajaban en las labores del hogar y un total de 140 mil desarrollaba trabajos de costureras, lavanderas, tejedoras, planchadoras, cigarreras, amasadoras, entre otras, lo que preocupó y alarmó sobre la «incertidumbre» en el «sustento de jornal, muchas veces difícil y precario».
Fue gracias a estos resultados que Domingo Faustino Sarmiento comenzó el camino de la educación para el país, creando escuelas, y dejando cuando terminó su función el doble de niños escolarizados.