La crisis de 1890: El primer gran default argentino

Conocido como Pánico de 1890 a la profunda depresión que derivó en una crisis económica y financiera que afectó a Argentina durante la presidencia de Miguel Juárez Celman.

En 1888 las acciones del Banco Constructor de La Plata cayeron, bajando rápidamente de 235 puntos a 160, desencadenando la segunda gran crisis económica en Argentina llamada Crisis de 1890. La Argentina ingresó entonces en cesación de pagos por cuatro años.

Carlos D’Amico fue el sucesor de Dardo Rocha (el fundador de la ciudad de La Plata) en la gobernación bonaerense. Alarmado por la fiebre especulativa y de endeudamiento externo iniciada en la presidencia de Juárez Celman, en 1889, escribía sobre lo que veía venir para los países que, como la Argentina, seguían esas políticas “de apertura al mundo”:

“Cada cinco años tendrán una crisis cuyos peligros irán creciendo en proporción geométrica, hasta que llegue un día en que los usureros del otro lado del mar sean dueños de sus ferrocarriles, de sus telégrafos, de sus grandes empresas, de sus cédulas [hipotecarias] y de las 50 mil leguas que les hayan vendido a vil precio.”

“Cuando no tengan más bienes que entregar en pago empezarán por entregar las rentas de sus aduanas; seguirán por entregar la administración de todas sus rentas, permitirán, para garantir esa administración, la ocupación de su territorio.”

“Y concluirán por ver flotar en sus ciudades la bandera del imperio que protege la libertad de Inglaterra, pero que ha esclavizado al mundo con la libra esterlina, cadena más fuerte y más segura que el grillo de acero más pesado que haya usado jamás ningún tirano.”

En lo económico y financiero –junto con el primer gran “default” de la deuda externa y su ardua renegociación, que se completaría en 1893–, la crisis desatada en 1890 trajo aparejada la quiebra en cadena de una parte del sistema bancario.

Incluso el Banco Nacional y el de la Provincia de Buenos Aires fueron liquidados.

Mientras que el Estado nacional en 1891 fundó en reemplazo de su anterior institución financiera el Banco de la Nación Argentina, recién a comienzos del siglo XX se restableció el banco oficial bonaerense, conservando su antigua denominación.

Hacia 1895 volvieron a llegar capitales externos al país, y en un nuevo auge de las exportaciones –de cereales y de carnes, con destino a Europa–, en 1899 se aprobó la ley 3871, por la que se estableció la convertibilidad de la moneda argentina al oro.

El sistema estaba regulado por la Caja de Conversión, que condicionaba la emisión de pesos moneda nacional a las existencias de metálico.

Este sistema, que buscaba estabilizar la economía, estaba en realidad sujeto a las fluctuaciones del comercio exterior, en especial con el principal importador, Gran Bretaña.

La dependencia argentina, de este modo, no solo afectaba al comercio exterior sino al sistema monetario y financiero, incidiendo sobre toda la economía nacional.