Justo José de Urquiza

Su figura fue cuestionada desde vertientes historiográficas opuestas. Comerciante, militar, político, estanciero y empresario, un personaje multifacético.

Síntesis biográfica

  • Nació el 18 de octubre de 1801, cerca de Concepción del Uruguay, Entre Ríos
  • Su padre, Joseph Narciso de Urquiza y Álzaga, era un colono español de origen vasco que se unió en matrimonio con María Cándida Ramón-García y Monzón, de origen luso-hispano-argentino, siendo esta una descendiente de los portugueses Inés Nunes Cabral de Melo y de su esposo Gil González de Moura.​

Ambos progenitores se radicaron en la intendencia de Buenos Aires, en la actual provincia de Entre Ríos, dedicándose a la actividad rural y a la función pública. Luego de la Revolución de Mayo, en 1810, emigraron a la Banda Oriental para seguir siendo fieles al Reino de España.

Regresaron en 1812, y cinco años más tarde Justo José fue enviado al Colegio de San Carlos en Buenos Aires.

En 1819 se instaló en la pujante villa Arroyo de La China, actual Concepción del Uruguay, dedicándose a la actividad rural y comercial, para la cual demostró una enorme capacidad. Su hermano mayor, Cipriano de Urquiza, fue secretario y luego ministro del primer gran caudillo entrerriano, Francisco Ramírez.

En 1820 tuvo su primera hija extramatrimonial; más tarde tendría muchos más hijos ilegítimos. Una ley sancionada durante su presidencia legalizaría varios de ellos. Le fueron legalmente reconocidos 23 hijos por la Ley Federal N.º 41 en donde ponía en un pie de igualdad a los 11 hijos legítimos con los extramatrimoniales que tuvo de soltero (hay versiones que señalan que tuvo entre 105 y 114 hijos en toda su vida).

En la década de 1820, contando ya con una fortuna que lo respaldaba, se interesó en la política en un período especialmente turbulento en la historia de Entre Ríos. Como muchos jóvenes del interior, su partido era el Federal.

Lentamente y paralelamente con el crecimiento de su prosperidad económica, aumentó la influencia de Urquiza en Concepción del Uruguay. La ciudad lo nombró oficial del Cuerpo de Cívicos, que se encargaba del orden en la ciudad y en el campo. Allí tomará contacto por primera vez con la política y con los grandes debates en torno a la forma de gobierno a adoptar por el nuevo país independiente. Urquiza se inclinó por el federalismo e inició su carrera política que lo llevó a los veinticinco años a ser electo diputado de la legislatura provincial. Allí presentó una serie de proyectos tendientes a mejorar la administración y la economía provinciales, así como innovadoras propuestas educativas.

Su buena labor legislativa incrementó su influencia y su prestigio político. En 1832 fue designado comandante general del Segundo Departamento Principal. Era el cargo que seguía en jerarquía al de gobernador y manejaba los destinos de la mitad más rica de Entre Ríos.

Cuando el gobernador entrerriano Pascual Echagüe dejó su cargo, la Cámara de Representantes eligió a Justo José de Urquiza en su reemplazo,  quien asumió dicho cargo el 15 de diciembre de 1841.

Con cuarenta años, Justo José de Urquiza pasó a ser gobernador de la provincia de Entre Ríos, donde realizó unas aplaudidas reformas económicas y educativas, éxitos que le proporcionaron gran prestigio. En 1851, después de ser ascendido a general, se opuso a Rosas; con la ayuda del Partido Federalista y de los gobiernos brasileño y uruguayo, se convirtió en el caudillo de los federales e inició la lucha contra el centralismo de Buenos Aires.

Después de derrotar a Rosas en la batalla de Caseros (1852), Justo José de Urquiza contribuyó de manera importante al establecimiento de los fundamentos constitucionales de la moderna Argentina: fue nombrado director provisional de la Confederación Argentina y, tras convocar una Asamblea Constituyente, promulgó la nueva Constitución y pasó a ser el presidente de la nación. La provincia de Buenos Aires, sin embargo, rechazó el nuevo ordenamiento constitucional.

Temerosa de perder sus privilegios comerciales, Buenos Aires terminó por rebelarse contra la Confederación, ya que Urquiza había liberalizado la navegación en los ríos y abierto las puertas argentinas al comercio internacional. En 1859 Justo José de Urquiza venció a los grupos rebeldes de la provincia de Buenos Aires en la batalla de Cepeda. En 1860, una vez incorporada Buenos Aires a la Confederación, dejó el cargo de presidente a Santiago Derqui (1860-1861), aunque continuó como gobernador de Entre Ríos.

En 1862 el general Bartolomé Mitre, tras ganar la batalla de Pavón, se proclamó presidente (1862-1868). Su negativa a apoyar al nuevo gobierno durante la guerra con Paraguay hizo perder a Urquiza la confianza popular y lo enemistó con los federalistas radicales; poco después se retiró. Murió asesinado a la edad de setenta años, junto con sus hijos, por un grupo de insurrectos federalistas.

Fuente: elhistoriador

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