Inauguración del Teatro Cervantes

El Teatro Nacional Cervantes, ubicado en la esquina de la avenida Córdoba y Libertad, fue declarado Monumento Histórico Nacional y constituye una de las joyas de la arquitectura de la ciudad de Buenos Aires.

La inauguración del Cervantes el 5 de setiembre de 1921, tuvo una doble significación. Por un lado, para el país, constituyó un verdadero acontecimiento cultural y social que convocó a artistas, intelectuales, políticos y, por cierto, a lo más granado de la sociedad de principios de siglo. El suceso mereció un despliegue excepcional por parte de la prensa porteña.

Por otro, fue la cristalización del sueño más anhelado de la actriz española María Guerrero y su esposo Fernando Díaz de Mendoza, matrimonio que no sólo empeñó su voluntad y toda su energía, sino su fortuna personal para concretar el proyecto de construir en Buenos Aires el estupendo coliseo.

Inauguración y venta

El diseño y la ejecución de la obra estuvo a cargo de los arquitectos Fernando Aranda y Emilio Repetto quienes acordaron con María Guerrero que la fachada del edificio reprodujera los detalles de la Universidad de Alcalá de Henares, de estilo Renacimiento y columnas platerescas. La construcción y ornamentación del Cervantes demandó cerca de setecientas personas, entre operarios y artistas. El teatro quedó formalmente inaugurado el 5 de setiembre de 1921 con la obra La dama boba de Lope de Vega, que interpretó María Guerrero. Pasados cinco años de su inauguración y debido a los altos costos de mantenimiento que derivó en un fuerte endeudamiento, el matrimonio Guerrero – Díaz de Mendoza decidió rematar el edificio en subasta pública. La oportuna movilización de personalidades del arte y la cultura evitó la subasta y fue adquirido por el Estado. En 1933 se dispuso por ley la creación del Teatro Nacional de la Comedia y se destinó para su funcionamiento el Teatro Cervantes, bajo la autoridad de la Comisión Nacional de Cultura creada, a su vez, por la misma ley.

Incendio y reconstrucción

En 1961 un incendio destruyó gran parte de las instalaciones del Cervantes y las obras de reconstrucción demandaron siete años de trabajos. A raíz del incendio el teatro se incorporó un anexo, diseñado por el arquitecto modernista Mario Roberto Álvarez. El Teatro reabrió sus puertas en 1968 y en 1995 fue declarado Monumento Histórico Nacional. Actualmente, también funcionan en el Cervantes el Instituto Nacional de Estudios Teatrales, el museo del Teatro Cervantes, un archivo teatral y una biblioteca especializada en el sector.