Historia de barrio: Hoy Almagro

Fue un terreno llano y fértil que tuvo mucha circulación ya que en esa zona corrió uno de los primeros caminos de Buenos Aires. Se lo llamaba camino de los huesos porque los arreos, que se hacían por Castro Barros y Medrano rumbo a los mataderos, terminaban dejando un tendal de osamentas de animales.

Cuando en 1834 el Gobierno de Rosas dispuso abrir un camino recto por el centro de la que fuera la quinta de don Carlos Dos Santos Valente, comenzaba a gestarse lo que hoy se conoce como el barrio de Almagro. El nombrado Valente, rico comerciante de origen portugués era propietario, entre otros muchos bienes, de un quinta ubicada entre las actuales Virrey Liniers, Billinghurst, Avenidas Díaz Vélez, Medrano, Castro Barros e Hipólito Yrigoyen. Esa quinta fue adquirida en 1809 por Juan Bautista Ferreyra habiendo sido embargada tiempo después (1812) quedando como depositario Miguel Marín, vecino de la zona. Al abrirse dicho camino recto, que venía a reemplazar lo que en ese tiempo era el Camino Real de Oeste, cuyo recorrido en esta parte de la ciudad era la actual Avda. Hipólito Yrigoyen (obsérvese que esta arteria describe un arco entre las actuales Esparza y la Avda. la Plata donde tiene el ancho de una avenida), quedó definitivamente trazada la Avda. Rivadavia. Como consecuencia de la apertura de ese camino la mencionada quinta quedó dividida en dos partes; la parte sur fue adquirida el 29 de agosto de 1838 por Miguel Ángel Rodríquez, en tanto que la norte la adquirió el 28 de septiembre de 1839 Julián de Almagro.

La presencia de Julián de Almagro, rico comerciante, hizo que la zona fuera conociéndose con ese nombre, tal como por ejemplo la «Quinta de Almagro», nombre que se generaliza aún más cuando una de las estaciones del Ferrocarril del Oeste, inaugurado el 29 de agosto de 1857, cuyo recorrido era desde la Estación del Parque (hoy el Teatro Colón) hasta La Floresta, se llamó precisamente «Almagro» en agradecimiento por la donación que hizo Julián de Almagro de los terrenos para la instalación de esa parada en las inmediaciones de las actuales Avda. Medrano y Angel Peluffo.

El incesante incremento de la población de Buenos Aires y de sus vecindades, motivado por la generosa inmigración que se instaló en el país a partir de mediados del Siglo XIX, creó la necesidad de subdividir en parcelas de menor extensión las quintas que se encontraban instaladas en las afueras del centro de Buenos Aires, lo cual creó la necesidad de abrir nuevas calles y avenidas, de instalar establecimientos educativos y religiosos para la atención de la comunidad.

El comercio y la industria tuvieron un importante crecimiento, todo lo cual se evidenció con gran fuerza en lo que hoy se conoce como el barrio de Almagro. La escuela pública, producto de la sabia Ley 1420, las congregaciones religiosas que cumplieron no solamente con su misión pastoral sino que desarrollaron una amplia gestión al servicio de la educación, fueron diseñando un modelo barrial de cuyos resultados es beneficiaria la sociedad actual.

En el año 1968 la autoridad municipal, respetando en lo posible la realidad de ese tiempo, dividió la ciudad de barrios, siendo Almagro uno de ellos. Sus límites son: por el este Gallo, Díaz Vélez, Sánchez de Bustamante y Sánchez de Loria; por el sur la Avda. Independencia, por el Oeste las Avdas. La Plata y Rivadavia y Río de Janeiro y por Norte las Avdas. Angel Gallardo, Estado de Israel y Córdoba. La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, por iniciativa de la Junta de Estudios Históricos de Almagro, instituyó el 28 de septiembre como «DÍA DEL BARRIO DE ALMAGRO» por ser en esa fecha del año 1839 que Julián de Almagro compró la parte norte de la quinta que fuera de Carlos Dos Santos Valente.» La familia Almagro, en el año 1839, construyen una quinta ubicada en la esquina de Rivadavia y Medrano donde se encuentra hoy en día «Las Violetas», una de las más distinguidas confiterías.

Sus quintas fueron famosas, de familias pudientes que vivían allí o pasaban una temporada de descanso, gozando de árboles frutales, huertas, animales del corral y grandes espacios verdes. En la esquina de Hipólito Yrigoyen y Virrey Liniers estaba la casa de Santiago de Liniers y Bremond. Otra casa histórica fue la llamada «Casa de Cuitiño» caudillo rosista muy conocido por sus fechorías que fue fusilado en 1853. La casa estaba en Independencia 3549.

La desaparecida estación Almagro, rodeada entonces por los tambos y los almacenes que con sus infaltables frontones de pelota vasca, caracterizaban al lugar. Luego del ferrocarril, impulsor notable del desarrollo del barrio, llegó el tranvía rural de los Lacroze, cuya estación se encontraba en la intersección de las actuales Corrientes y Medrano, desde donde partía con destino a la Chacarita.Al principio Almagro estuvo poblada por vascos y luego por italianos. Fueron famosos los conventillos del lugar, como «La Cueva Negra», habitada por gente de color; el de «María la Lunga» en Castro Barros 433 y otros donde se armaban riñas importantes entre los vecinos. Funcionó un matadero que estaba instalado en las calles Río de Janeiro, Cangallo y Lambaré, también una grasería y un criadero de cerdos. El loteo más importante de solares se realizó a mediados de 1870, cuando la firma Rodríguez, Larrosa y Cía., efectuó trabajos de parcelamiento y realizó así las primeras ventas.