Cómo funcionaba el sistema de castas durante el dominio español en América

La posibilidad de ascenso social estaba condicionada por el origen y el color de piel.

Durante los siglos del dominio Español en América, lo que realmente gobernaba era una marcada y muy práctica división de clases sociales. La división se llamó sistema de castas y funcionó en los virreinatos y territorios de la corona española.

Con el descubrimiento de América en 1492 y en las décadas siguientes de colonización, comenzaron a marcarse tres grupos sociales básicos:

  • Blancos: españoles peninsulares o nacidos en América.
  • Indios: habitantes originarios de América.
  • Negros: esclavos traídos de África.

La mezcla entre esos grupos dio lugar a las castas, una clasificación de las personas dado su linaje, quiénes eran sus progenitores y qué lugar ocupaban en la sociedad medieval de aquello siglos.

Y de esa mezcla surgió una curiosa lista de 16 combinaciones básicas, aunque las mezclas posibles son innumerables.

El historiador Gabriel Di Meglio ha planteado que desde la etapa tardo-colonial la distinción social en múltiples categorías empezó a ser progresivamente suplantada por una binaria: por un lado la «gente decente» y por otro, la «plebe». El color siguió de todos modos siendo determinante: los que no eran considerados blancos (indígenas, esclavos, castas) eran irremediablemente plebeyos.
Se pueden enumerar una serie de factores o elementos que condicionaban la pertenencia a las “clases populares” en la sociedad colonial:

  • El color de la piel: Todos los hombres y mujeres clasificados como indios, negros, mestizos, pardos, mulatos o zambos eran considerados de sangre impura y jurídicamente inferiores a los blancos.
  • El trabajo manual o el no tener ocupación fija y, por lo tanto, no ser considerado “vecino”.
  • El depender de otros, ya sea en un trabajo o vivienda.
  • El ser considerados “forasteros”: los recién llegados a un lugar, salvo que tuvieran fortuna, eran mal vistos.
  • El no ser considerados “Don” o “Doña”: la «decencia» o respetabilidad social se señalaba con el uso del Don y Doña antes del nombre.
  • El tipo de vestimenta utilizada: cada grupo social se vestía con prendas distintas. La indumentaria era muy cara y había prendas inaccesibles para quien tuviera pocos recursos.
  • Los lugares frecuentes de sociabilidad: mercados, Iglesias, plazas pero sobre todo, las pulperías. En lo que respecta al tipo de trabajo realizado, los sectores populares urbanos, tomando la categoría conceptual de la época: la plebe urbana, se dedicaban mayoritariamente a ser jornaleros, artesanos, vendedores ambulantes y peones. Las investigaciones llevadas a cabo por Di Meglio han mostrado que entre los sectores urbanos, sobre todo en
    Buenos Aires, la movilidad laboral era alta y las trayectorias individuales mostraban variaciones constantes. Era habitual también el paso de la ciudad a la campaña.

Bibliografía: DI MEGLIO, Gabriel (2012). Historia de las clases populares en Argentina. Buenos Aires,
Sudamericana, Tomo 1.

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