1907 – El descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia
Los primeros yacimientos de petróleo fueron descubiertos en el entonces pueblo de Comodoro Rivadavia. El primero apareció el 14 de diciembre de 1907, cuando una perforadora estaba realizando un pozo para encontrarlo a tres kilómetros del Cerro Chenque.

El descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia, la terminación de la perforación del primer pozo surgente de petróleo de Argentina —el N° 2— se produjo en Comodoro Rivadavia el 13 de diciembre de 1907. El origen del descubrimiento ha sido erróneamente atribuido al azar, tema que se discute en este artículo.
El 13 de diciembre de 1907, mientras se realizaban por la división de minas, geología e hidrología trabajos de perforación en Comodoro Rivadavia en busca de agua potable, los encargados de los trabajos, José Fuch y Humberto Beghin, hallaron a 535 metros de profundidad una napa petrolífera.
La noticia se comunicó inmediatamente al gobierno y produjo sensación, comprendiendo enseguida todo el alcance del hallazgo, pues al día siguiente, el 14 de diciembre, el presidente Figueroa Alcorta, con la firma del ministro de agricultura Pedro Ezcurra, decretó la prohibición de la denuncia de pertenencias mineras y de concesiones de permiso de cateo en el puerto de Comodoro Rivadavia.
Primer pozo petrolero
El primer pozo dio 10 metros cúbicos de petróleo crudo por día y el gobierno quiso enseguida ser empresario de la extracción del hidrocarburo. Un segundo pozo, el Chubut, proporciono 18 m3 diarios; hasta 1910 se perforaron cinco pozos, uno de ellos, el llamado Hidrología, estuvo en explotación durante 30 años. En la exposición del Centenario se presentó una gran caldera en funcionamiento con petróleo argentino, y el mismo año se promulgó la primera ley de reservas que abarcaba una zona de 5.000 hectáreas en la zona, siendo ya presidente de la república Roque Sáenz Peña.
Hubo antes del petróleo de Comodoro Rivadavia una explotación petrolífera en Salta por obra de Teodosio López, hacia 1872; la empresa inicial fracasó por escasez de capitales, y en 1882, la legislatura salteña sancionó una ley otorgando una concesión para explotar el petróleo de la región a una nueva empresa fundada por Adam Allgelt y Nicanor Méndez, que tampoco tuvo mayor éxito.
La prosperidad siguió su curso, y en su último mensaje al Congreso pudo decir el presidente Figueroa Alcorta:
«Todas las veces que me ha correspondido, de acuerdo con el precepto constitucional, cumplir el deber de daros cuenta del estado de la Nación, he tenido la grata oportunidad de hacer constar la progresión creciente, con frecuencia extraordinaria, en que se desenvuelven las energías de nuestra riqueza positiva … Ha de serme permitido expresar en justicia que en ninguna época de nuestra historia ha alcanzado el país una suma mayor de prosperidad y de progreso que en la actual, en la acepción múltiple de tales conceptos».
Las cifras del comercio exterior se fueron acrecentando y siempre con buenos saldos favorables, desde 562 millones de pesos oro en 1906 a 727 millones en 1910.