1900 – Celebraciones con la llegada del nuevo siglo

Buenos Aires ya cuenta con monumentos realizados por grandes artistas, encabezados por Hipólito Yrigoyen, los radicales conmemoran los diez años de la Revolución del Parque con un desfile que reúne 20.000 personas.

Concluye 1900 y con él el revolucionario siglo XIX, el del acero y la electricidad, el ferrocarril y la navegación a vapor, el telégrafo, el teléfono, la lámpara incandescente, el tranvía eléctrico, la máquina de coser, la cosechadora, el barco frigorífico, la máquina de calcular, el cinematógrafo, los motores de combustión interna y el de Diesel, la radiotelegrafía, entre tantos inventos que cambiaron la economía, los transportes, las comunicaciones, la vida cotidiana. Hace dos años se inventó el submarino y a este ritmo transformador el hombre no tardará mucho en imitar a Ícaro con mucha más suerte como parece anticiparlo el dirigible del conde Von Zeppelin. La Argentina no ha sido ajena a la aplicación de algunas de esas innovaciones, que han modificado la estructura social y económica del país, convirtiéndolo en uno muy desarrollado en términos capitalistas, pero muy dependiente

En el plano de las ideas descuella la aparición del socialismo científico y del anarquismo y, en su contra, el pensamiento social de la Iglesia. La concepción de la democracia política se fue transformando de un modo tal que la universalidad del sufragio va ganando adeptos desde el momento en que los patrones descubrieron que podían controlar el voto de sus trabajadores.

La lucha por el derecho al voto no es sólo de los varones; también las mujeres de muchos países se sumaron a la reivindicación, hasta ahora alcanzada sólo en Nueva Zelanda. En el campo social destaca la formación de los sindicatos de trabajadores, un instrumento organizativo para defender sus derechos y luchar contra patronales casi siempre feroces.

Para cerrar el siglo, 1900 ha visto la difusión de un libro incómodo: La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud. En él se sostiene que los sueños son el “camino real hacia el conocimiento del subconsciente”, afirmación rechazada por los partidarios de la moral victoriana.

Para los argentinos, el siglo XIX trajo la independencia de España, las largas y cruentas guerras civiles, dos terribles guerras contra países hermanos, la expulsión de los indígenas de los territorios que ocuparon plurisecularmente y tras ella el reparto de las tierras entre un puñado de ricos y avispa dos terratenientes, dueños del poder político. Por tener éste, lograron frustrar el plan transformador de la estructura agraria latifundista impulsado por Domingo Sarmiento.

Finalmente, tenemos un Estado, aunque todavía no separado de la Iglesia, pese a los notables recortes que al poder de ésta se hicieron en los años 80. Desde 1862, los presidentes se suceden en el ejercicio del gobierno cada seis años y aunque uno de ellos no pudo terminar su mandato, tras una insurrección cívico-militar, su reemplazo se hizo mediante los procedimientos constitucionales. En la última década del siglo aparecieron dos partidos políticos modernos, demandantes de democracia política: la Unión Cívica Radical, expresión de la burguesía democrática, y el Partido Socialista, defensor de los trabajadores.

Ambos se han convertido en baluartes de la lucha antioligárquica pero con una rigidez que les veda una alianza en pos de la democracia, permitiendo la continuidad de lo que los radicales llaman el Régimen. La población se incrementó notablemente, en particular por la llegada de centenares de miles de inmigrantes europeos, que se instalaron en pueblos y ciudades de la región pampeana o bien se convirtieron en arrendatarios (chacareros) de los grandes terratenientes. El cambio de siglo encuentra al general Julio A. Roca ejerciendo la presidencia por segunda vez. Se trata del hombre que sintetiza en su persona las características de la dominación oligárquica en la Argentina.

Los avances tecnológicos entre los fines del Silgo XIX y principios del XX pronostican una nueva frontera en todos los campos de la vida humana la electricidad ha revolucionado la vida en todas sus facetas el telefono y el telégrafo han acercado las distancias lo mismo que el tren que ha reducido a horas jornadas que antes llevaba dias

La clase dominante puede vislumbrar el nuevo siglo con mucho optimismo, aunque no sin preocupación por el incremento de las demandas obreras. La economía sigue creciendo y con ella la renta y la ganancia de la gran burguesía terrateniente, a la cual este año ha preocupado, como a su gobierno, el cierre de algunos puertos europeos a las carnes del país, so pretexto de aftosa. Por lo demás, esta clase dominante sigue autocelebrándose: el Club del Progreso ha inaugurado su esplendoroso nuevo edificio, en la Avenida de Mayo, creando el Club Hípico, creando el Jardín Botánico, otra del gran paisajista Carlos Thays, ampliando el Palacio Municipal en la Capital Federal, inaugurando la monumental estación Constitución, del Ferrocarril del Sur.