1889 – Asesinato de Ricardo López Jordán
Se hallaba en Buenos Aires tratando de que le devolvieran su grado militar cuando, en la mañana del 22 de junio, mientras caminaba despreocupado por la calle Esmeralda, lo abordó un individuo.

Mucho se escribió sobre la figura de López Jordán desde el mismo día de su asesinato un 22 de junio de 1889 en la ciudad de Buenos Aires. Al promediar ese día, paseando por la calle Esmeralda, de la Capital Federal, cayó asesinado de un balazo de pistola en la cabeza, frente al domicilio de uno de los descendientes de Urquiza. Tenía 67 años de edad. De inmediato fue trasladado a la farmacia de Menier (en Tucumán y Esmeralda), donde recibió los primeros auxilios, y enseguida se lo traslado a su casa, en Esmeralda 834, donde se constató su muerte. El atentado tuvo lugar a las 11.50 frente a la casa de Diógenes Urquiza (hijo). El entierro de López Jordán se realizó en el Cementerio del Norte, en Recoleta.
Ricardo López Jordán había nacido en la Banda Oriental, hoy República Oriental del Uruguay, un 30 de agosto de 1822. Estuvo en la batalla de Caseros y Pavón. Fue el hombre de confianza del general Urquiza y luego fuese señalado como el responsable de su asesinato. Fue diputado y gobernador de Entre Ríos. Llego al grado de general, pero se lo quitaron luego de su derrota, en 1871, a manos de las fuerzas porteñas.
El asesino resultó ser Aureliano Casas, hijo de un sargento mayor llamado Zenón Casas, que declaró haber procedido en acto de venganza por atribuir a la víctima la responsabilidad personal del degüello de su padre, en el departamento Colón, durante la revolución del 73, mientras arreaba unas vacas para venderlas en Buenos Aires. Aureliano fue juzgado, condenado a prisión perpetua y luego recuperó su libertad con un indulto del presidente Yrigoyen.
Muere con López Jordán el último caudillo.
En 1989 los restos de Ricardo López Jordán fueron trasladados a Entre Ríos y depositados provisoriamente en el panteón de la familia Pérez Colman en Paraná hasta que el 29 de noviembre de 1995 fueron trasladados hasta un mausoleo erigido en la plaza Carbó de Paraná.